By grandesvinos.com/blog
¿Qué temperatura debe tener el vino tinto? ¿Cuáles son los vinos que se toman fríos? ¿Por qué es tan importante tomar el vino a su temperatura óptima? Te damos todas las respuestas y algunos trucos para conseguir la temperatura ideal del vino tinto sin dañarlo.
¿Cuál debe ser la temperatura ideal del vino tinto? ¿Qué vinos se toman fríos?
Tomar el vino tinto a la temperatura adecuada es fundamental para aprovechar todo su sabor, sus aromas y sus cualidades al máximo. Aunque hay muchas opiniones sobre la temperatura ideal de vino tinto, nosotros te ofrecemos algunas recomendaciones muy generalizadas para que te sirvan de guía:
- Vino tinto joven, entre 10 °C y 14 °C en función de si es ligero o con más cuerpo
- Vino tinto crianza: entre 14 °C y 16 °C
- Vino tinto reserva y gran reserva: 16 °C – 18 °C
¿Qué vinos se toman fríos?
A modo de orientación estos son los tipos de vinos que se deben tomar fríos:
- Vino espumoso entre 5 °C y 8 °C
- Vino blanco dulce entre 6 °C y 10 °C
- Vino blanco joven seco entre 6 °C y 10 °C
- Vino blanco con crianza entre 8 °C y 10 °C, por ejemplo, nuestro Anayón Chardonnay recomendamos tomarlo sobre los 8 °C
- Vino rosado entre 6 °C y 10 °C
En cualquier caso, recuerda que los vinos muy fríos resultan más ácidos y si están muy calientes, se acentúa mucho el dulzor y el alcohol, así pues, procura tomarlos a la temperatura recomendada.
Cómo conseguir la temperatura ideal del vino tinto con algunos trucos
Si pides una botella o una copa de vino en un restaurante, con toda probabilidad dispondrán de una vinoteca para servirlo, como corresponde, a su temperatura óptima.
Pero si el vino vas a tomarlo en casa, y no dispones de un lugar específico para su almacenamiento y conservación, hay algunos trucos que puedes tener en cuenta.
Es posible que hayas leído de todo acerca de cómo enfriar el vino rápidamente, pero debes tener bien claro que no todo vale. Y es que puedes estropear un vino, por bueno que sea, si no usas el método adecuado. Te damos algunas recomendaciones:
- Lo primero que debes hacer es tener un termómetro
Si quieres controlar la temperatura del vino, lo primero que debes tener es un instrumento de medición, un termómetro. Puedes optar por el termómetro de mercurio de toda la vida, un termómetro infrarrojo o un termómetro especial para vinos.
El termómetro de mercurio te puede servir si no tienes otro. Es el mismo que utilizas para medir la fiebre de tus hijos. No tienes más que meterlo en el vino y dejarlo hasta que suba la temperatura a la que se encuentra este. No obstante, no es muy práctico si tienes invitados.
El termómetro de vino es una especie de brazalete que se coloca en la botella. Recuerda que a la temperatura que te marque siempre le debes sumar un grado más.
El termómetro de infrarrojos para el vino es muy exacto. Si no quieres equivocarte con la temperatura de tu caldo, este es una excelente opción. Eso sí, cuesta más caro que el resto, pero a cambio sabes la temperatura exacta del vino sin ni siquiera tener que acercarte a la botella. Funciona a distancia.
- La cubitera es una excelente opción
La forma más rápida de hacerlo es introduciendo la botella en una cubitera, un cubo o cualquier otro recipiente con agua, hielo y sal.
- La nevera
Puedes ponerlo arriba o abajo en la nevera. Para controlar la temperatura puedes ayudarte del termómetro de brazalete para vinos.
- El saco de gel
El saco de gel especial para el vino es una excelente idea si no tienes la nevera a mano y quieres que el vino se enfríe y se mantenga así durante toda la comida.
- Lo que no debes hacer
- No lo metas en el congelador.
- No pongas hielo dentro del vino, es lo peor que puedes hacer. Puedes arruinar un vino por completo.
Ahora que sabes la temperatura del vino tinto y otras variedades, no dudes en tenerlo en cuenta si realmente quieres disfrutar de cada copa en todo su esplendor.